jueves, 7 de febrero de 2008

Justos por pecadores


Mientras algunos la siguen negando, la crisis económica se agrava cada vez más. El paro sube, la bolsa cae en picado y con ella la confianza popular. ¿Porqué no lo aceptamos y buscamos soluciones? Supongo que no sale a cuenta considerando que estamos a las puertas de las elecciones generales.


Siempre es más fácil desviar la atención hacia el típico y polémico debate Iglesia-Estado. Una polémica que una vez más es totalmente injustificada. Quizá para algunos es una intervención un tanto inoportuna, sin embargo, en mi opinión, los obispos tienen todo el derecho a decir lo que quieran en el momento que quieran ¿o no estamos en un país libre donde existe la libertad de expresión?


Además, a mi me gustaría saber quién ha leído de primera mano el documento publicado por la Conferencia Episcopal. Si hacemos el esfuerzo de leerlo atentamente, veremos que la palabra PP no aparece en ningún sitio. Por otro lado, podremos ver que tampoco hablan de negociación con ETA, sino de no aceptar a la banda como interlocutor político, lo que significa no tratar de igual a igual a esos asesinos, dándoles el derecho a participar en la política de nuestro país.


Por el momento, todo bastante coherente. Es demasiado fácil recurrir al mítico debate sobre si la Iglesia debe o no participar en política. Sin embargo, este documento sólo se trata de una serie de orientaciones para quién las quiera escuchar. Creo que los obispos tienen el derecho y el deber de dar su opinión sobre el camino que está tomando la historia de nuetro país, puesto que son personas con una sabiduría que debe ser reconocida, sobre todo teniendo en cuenta que representan a una gran parte de nuestra sociedad que es cristiana.


De hecho, si estamos escuchando a los que durante tantos años han estado sembrando la violencia y el miedo en España, por un objetivo de unos cuantos descerebrados ¿Por qué no van a tener derecho los Obispos a que se les escuche?

Es lógico que la Iglesia diga lo que piensa de los gobernantes. A eso se llama orientar, no obligar y menos, hacer política. ¿O es que el Señor Presidente confunde el hacer política con el obligar?

En fin, ¿Podría alguien explicarme de qué se les acusa a los pobres obispos? Porque a mí sólo se me ocurren motivos para acusar a otra persona y al final... ¡acaban pagando justos por pecadores!

4 comentarios:

Adela Fernández dijo...

Totalmente de acuerdo. Has puesto el dedo en la llaga: al gobierno y a la izquierda le irrita profundamente que la iglesia diga lo que piensa. Preferirían relegarlos a las catacumbas, con en otros tiempos...

mariavmas dijo...

Lo bueno es que no les dejaremos puesto que todavía somos demasiados los que creemos en la libertad de expresión, aunque se empeñen se empeñen en negarlo.
Gracias por tu comentario y bienvenida a este espacio de debate y reflexión.

Anónimo dijo...

Claro que ha de haber libertad de expresión, y la hay, la Iglesia manifiesta su opinión y el resto del mundo podemos aceptarla o no, personalmente su forma de pensar, a grosso modo, me parece del siglo XV.
La Iglesia deberia quedarse en su campo, en lo místico y la mitología, porque en el mundo moderno no tiene lugar.

mariavmas dijo...

Si la libertad de expresión que proclamamos fuera real, no sólo todo el mundo podría decir lo que piensa sino que el resto escucharíamos con mente abierta lo que tienen que decir. A eso se le llama respeto.

Anónimo, puedes pensar que la mentalidad de la Iglesia es antigua, sin embargo, a mí me parece que tienen bastante que decir puesto que son de los pocos que abogan por la dignidad de la persona y defienden sus derechos desiteresadamente.

Por otro lado, justamente en esta temática, a estas alturas ya un poco pasada, fueron de los pocos que durante la campaña electoral dijeron cosas un poco sensatas. Algo como no aceptar a los etarras como interlocutores políticos es ahora bastante actual ¿no te parece? creo que en el s. XV no había terroristas... y en cambio, un día como hoy Otegi vuelve a abogar por el diálogo con los asesinos...