lunes, 24 de septiembre de 2007

Creadores del debate

En respuesta a Gertru y al tema propuesto ayer:

A menudo, cuando vemos las noticias o leemos la sección de política en los periódicos, asoma a nuestros labios una sonrisa a veces maliciosa, otras, decepcionada –el conocido “reír para no llorar”- , que muestra nuestra indiferencia ante estas cuestiones. Algo así como la que produce observar una caricatura: entre la risa y la pena.

Pero quizá indiferencia no es la palabra que mejor define nuestra actitud, sino impotencia, resignación al absurdo de nuestra clase política, a lo injusto y a lo que según creemos no podemos cambiar.

¿Qué ha provocado esta decepción generalizada? ¿Qué ha hecho que en Cataluña no se hable de otra cosa que del “cabreo catalán”? Existe una idea generalizada, que se ha extendido gracias a los medios de comunicación, de que en nuestra comunidad somos todos unos independentistas convencidos y lo único que queremos es separarnos de España para siempre y desarrollar nuestro popularmente aclamado Estatut.

No está de más recordar que esa aclamación popular sólo estuvo respaldada por un treinta y pico por ciento, de menos de la mitad de la población que votó. ¿Esto qué indica? En mi opinión, indica indiferencia, pasotismo y hastío…

Aunque ese treinta y pico por ciento sea muy respetable, lo que vengo a decir es que la mayoría no estaba interesada como no lo está en la mitad de temas que ocupan los debates de la actualidad, generados por los políticos, pero difundidos gracias a los medios de comunicación. El problema es que lo más normal es que nos preocupe y nos interese sólo lo que sabemos, es decir, lo que nos comunican los medios. Y de lo demás… nadie se entera. Por lo tanto si lo que nos comunican no nos interesa, ¡qué le vamos a hacer! ¡Pasar!


¿Para qué vamos a votar algo que no nos interesa pero será igualmente tema de preocupación política y por lo tanto saldrá adelante sin necesidad de nuestra aprobación? ¿A esto se le llama democracia? ¿Se puede llamar democracia a un sistema donde acaba gobernando el menos votado? ¿A un sistema dónde imponen asignaturas que propugnan ideologías dogmáticas y partidistas y donde la objeción de conciencia no se reconoce? Extraño concepto...

Pero volviendo a la pregunta que quería plantear ¿Qué hace que los debates actuales sean sobre temas que parecen sólo interesar a la clase política y hastiar al resto de la población?

Y la respuesta como no se halla en nuestra querida, pero viciada profesión. Creo que hace falta un retorno al interés. Debemos, como ciudadanos hacer valer nuestros derechos y luchar por ellos. Esto implica también ser responsables de nuestros deberes, que en lo que a política se refiere, consiste en votar y consiste en hacer oír nuestra voz, utilizando todos los medios a nuestro alcance, siendo nosotros mismos creadores del debate.


"Lo único que es necesario para que el mal triunfe es que los hombres de bien no hagan nada". (Edmund Burke)

¡Ahora nos toca a nosotros!


¡Qué gracioso eslógan! Por si no lo apreciáis os aclaro que es un anuncio de las puertas abiertas de la Generalitat de Catalunya que se anuncia con el lema: "Ara et toca a tú".
Lo dejo pendiente de comentario, puesto que me parece un tema digno de debatir...



¿Qué opináis? ¿Ara ens toca a nosaltres? ¿Sólo por la Mercè? ¿Qué somos para ellos? ¿Meros espectadores de sus absurdos?

lunes, 17 de septiembre de 2007

¿Por qué?


Cualquiera que venga a parar a este oculto recodo del mundo desconocido y sin explorar de que se trata Internet puede preguntarse por qué. Por qué empezar a escribir este blog, por qué leerlo, por qué formar parte de él aportando comentarios que enriquezcan su contenido y aporten ideas interesantes. En definitiva: ¿Por qué?

Porque a veces estamos tan acostumbrados a quejarnos divisando únicamente la cara negativa de las cosas, añorando tiempos pasados que probablemente tampoco fueron mejores, y no somos conscientes de las grandes oportunidades que se nos presentan, sin ir más lejos, en este preciso instante. Ahora.

¿Quién habla del declive o de la precariedad del periodismo? Quizá son los mismos que prefieren quedarse cómodamente sentados en la silla de su redacción, con su nómina asegurada y conscientes de estar contribuyendo con un sucio negocio de una gran empresa de la que dependen muchas cosas grandes, más allá del dinero que puedan ganar los altos cargos, que ni siquiera son periodistas, sino empresarios.

Quizá son los mismos que se resignan ante la podredumbre de su trabajo. Quizá son los mismos cínicos de los que Kapuscinsky diría que “no sirven para este oficio”. Si hay algo propio del oficio es el inconformismo y el espíritu crítico.

El potencial del que son dueños los medios de comunicación es inimaginable para muchas personas que no trabajan en este mundo y la manipulación que pueden sufrir por parte de éstos y de sus coleguillas políticos influye en la historia de nuestros países y de cada una de las personas que los conforman, sin que a penas nos demos cuenta.

Las ideas mueven el mundo y de eso se trata el periodismo, no sólo de transmitir hechos, sino de dar las herramientas necesarias para hacer pensar a la gente, para que creen sus propias ideas. En definitiva, crear una opinión pública fuerte y fundamentada, que supone la base de toda democracia. Porque para elegir hay que ser libre y para serlo hay que saber entre qué se elige.

Qué gran cosa es tener la confianza de tanta gente y qué triste utilizarla para ejercer una tiranía sobre ellos. Se trata de dar a conocer la verdad y no de engañar en provecho propio.

Así, si se trata de comunicar ideas, es necesario un conocimiento, una reflexión previa a la comunicación y la libertad para poder difundirlo. Hoy, en la sociedad de la información en la que vivimos, el conocimiento y la reflexión son cosa de cada uno, pues los medios están a nuestra disposición. La libertad, por su parte, hay que saber encontrarla. De eso se trata.

Tenemos los mejores medios a nuestro alcance. Sólo hay que saber aprovecharlos. Y cuando hablo de los mejores medios me refiero por supuesto al escogido por mí misma.

Internet es una buena forma de ejercer una verdadera libertad de expresión, que sólo debe tener límites donde empieza el respeto a los demás. Digamos lo que pensamos, pero pensemos previamente y mediante el diálogo quizá lleguemos a buenas conclusiones dignas de ser difundidas. Eso pretendo en este blog y espero que exista más gente que siga confiando en la profesión.

Todos podemos hacer algo en nuestro margen de actuación, todos podemos ser periodistas si tenemos algo que contar y todos podemos ser buenos periodistas si somos en primer lugar buenas personas con deseos de cambiar, en la medida de nuestras posibilidades, las realidades que no nos gustan y promover las cosas buenas, que también existen, aunque den menos dinero.

¿Ilusa?. En absoluto. Al fin y al cabo, todos tenemos el poder y el deber de conquistar lo que el maestro Kapusczinski llamaba “cada pedacito de nuestra independencia”. Pedacitos que sumados pueden hacer que el sucio sistema en el que nos movemos funcione de otra manera, a pesar de que siga existiendo. Todo es saber aprovechar las estructuras ya creadas.

Quizá todavía te preguntes por qué: Porque yo sí creo en el buen periodismo.